Los migrantes descansaban por la noche en las calles cuando los fumigadores empezaron a arrojar gas con la explicación de que era para “evitar contagios de dengue y enfermedades transmitidas por moscos”, según documentaron en video periodistas de Chiapas Paralelo y Pie de Página.
“Fue justo después del encuentro con madres, pero fue algo indignante como tal. Se movieron de ahí de ese lugar y ya van rumbo a un lugar que se llama Mapaztepec”, dijo a Infobae Rubén Figueroa, del Movimiento Migrante Mesoamericano, quien acompaña a las madres.
Los trabajadores rociaron el gas sobre mujeres, niños y ancianos que transitaban con la caravana, por lo que los migrantes mostraron su molestia, pues no hubo ninguna precaución, como pedir a las madres con niños que se apartaran. Hasta ahora se desconocen sus componentes, aunque se considera ligeramente tóxico y no puede entrar en contacto con la piel de las personas.
“Hay un niño ahogándose, que no puede ni respirar”, dijo otro integrante de la caravana.