El fotógrafo británico Will Burrard consiguió la primera fotografía de un leopardo negro africano en casi 100 años. La última vez que se fotografió un leopardo negro en África fue en 1909 en Etiopía.
Para conseguir la imagen del leopardo se instalaron cámaras sensibles al movimiento en el campo de Laikipia Wilderness en Kenia.
“Soy capaz de configurar una especie de iluminación tipo estudio y simplemente dejar mis cámaras configuradas durante semanas o meses”, dijo Burrard
Debido a una mutación genética, esta especie de leopardos tienen la piel negra. Los hallazgos fueron publicados en el African Journal of Ecology.
Los científicos habían asumido que un abrigo negro era una respuesta evolutiva a los leopardos que salían de los densos bosques donde sus manchas los camuflaban. El descubrimiento de un leopardo negro en un hábitat árido y abierto en Kenia plantea interrogantes sobre esa teoría.