Por enfermedades prevenibles, varios menores han muerto en un campo de refugiados al noreste de Siria. El campo que alberga a unas 73 mil personas, en su mayoría son mujeres y niños. Will Turner, coordinador de emergencias de Médicos Sin Fronteras denunció que “ningún niño debería morir de deshidratación u otras enfermedades prevenibles, debido a la negligencia y a la falta de acceso a una atención médica básica”.
Otros casos que suceden además de la falta de atención médica, son las personas que se encuentran con un estado de salud delicado y las dificultades que afrontan para ser trasladadas al hospital. Sumado a varias mujeres embarazadas que se ven obligadas a dar a luz en sus tiendas de campaña. Falta de agua y precarias condiciones sanitarias, son solo algunas situaciones que pueden agravarse con el aumento de la temperatura durante el verano.